Rally Chile Biobío

A nivel mundial, el Rally como categoría automovilística vuelve a afrontar cambios radicales a su estructura técnica y a su logística. En poco tiempo más -concretamente desde 2025- la especialidad se verá de nuevo sometida a otro rumbo en materia reglamentaria que, esencialmente, descarta el uso de la propulsión híbrida hasta nuevo aviso.

El Consejo Mundial del Deporte Motor de la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) dio a conocer la noticia días atrás.

El ente rector, además, creó el que ahora se denomina Grupo de Trabajo del WRC (WRC Working Group) para delinear las pautas futuras de la disciplina en conjunto con sus promotores privados. Más precisiones se obtendrán en la reunión planificada para el mes de junio próximo.

Por lo pronto, ya se sabe que los vehículos de la clase superior, Rally1, reducirán su potencia máxima en unos 130 HP a través de una brida limitadora de la presión del turbo con menor diámetro (actualmente de 36 mm), aditamentos aerodinámicos menos ostentosos y la erradicación de la tecnología híbrida que montaba un costoso paquete de baterías eléctricas.

Para más, es casi un hecho que a los coches Rally2 les permitirán montar un conjunto aerodinámico similar o idéntico, la misma brida, cambios con gatillos al volante a modo opcional y un sistema de escape más grande, a los fines de acercarlos en prestaciones y atraer más fabricantes a los primeros planos de los resultados finales de cada carrera.

Como si fuera poco, el nuevo Grupo de Trabajo encabezado desde diciembre último por David Richards propone más variantes para 2026, como la ampliación del uso de un chasis tubular en común para todos (probadamente seguros en accidentes recientes), pero que permita a las marcas extender esa gama a productos de los segmentos B, C, SUV y Concept Car, igualando prestaciones entre modelos de diferente tamaño y peso de carrocería mediante el centro de gravedad y la aerodinámica. Los 1.260 kilogramos de un híbrido del presente bajarían, aproximadamente, a 1.150 o 1.160 kg.

A partir de entonces, se supone que la fuerza erogada por un Rally1 rondaría los 330 caballos de fuerza y su costo no debería exceder, teóricamente, los U$S430.000 (o menos, contra el U$S1.2 millón de hoy), incluyendo motores y transmisiones provenientes de los Rally2. Con un menor presupuesto operativo, se alienta con esto a que se incremente la cantidad de participantes privados que puedan acceder a ejemplares de la división más grande. Tampoco se descarta que las transmisiones sean provistas por un único fabricante.

Categorías: Temporada WRC 2024